Islas Feroe: Qué ver en el archipiélago más salvaje de Europa
Si estás buscando una aventura que te cambie la vida, un viaje a las Islas Feroe es la respuesta definitiva. Imagínate un lugar donde las ovejas tienen preferencia de paso, las cascadas caen directamente al océano y el verde es tan intenso que parece irreal. Este archipiélago de 18 islas volcánicas, perdido en el Atlántico Norte, es el último gran refugio salvaje del continente.
Si has llegado hasta aquí buscando islas feroe que ver, prepárate para descubrir uno de los rincones más fotogénicos del planeta. Aunque es un destino remoto, se ha convertido en una de las joyas más exclusivas para quienes amamos viajar solo en grupo por Europa, ofreciendo una alternativa brutal a los destinos turísticos masificados.
Feroe no se visita, se vive. Y la mejor forma de hacerlo es compartiendo la experiencia sin preocuparte de la logística. ¿Listo para la tierra de los vikingos? Aquí tienes la guía definitiva de los imprescindibles.

1. Tórshavn: La capital más pequeña y acogedora
Tu ruta probablemente empezará aquí. Tórshavn no es la típica capital llena de estrés; es un puerto encantador que mezcla modernidad con tradición nórdica.
Lo imprescindible es pasear por Tinganes, el casco antiguo donde se reunía el parlamento vikingo. Sus casas de madera pintadas de rojo con techos de hierba son la primera imagen icónica del viaje. Aprovecha para probar el cordero fermentado (raest); la gastronomía aquí es toda una experiencia religiosa para el paladar.
2. Gásadalur y la cascada de Múlafossur
Si buscas imágenes de este destino, esta es la foto que te saldrá. Hasta hace poco, Gásadalur era uno de los pueblos más aislados, solo accesible a pie cruzando montañas. Hoy, un túnel facilita la llegada, pero la magia sigue intacta.
Lo que tienes que ver sí o sí es la cascada de Múlafossur. Ver cómo el agua se precipita desde el acantilado directamente al mar, con el pequeño pueblo de fondo y las montañas verdes abrazándolo todo, te dejará sin aliento. Es el atardecer perfecto y uno de los momentos favoritos de nuestros viajeros.
3. El lago Sørvágsvatn: La gran ilusión óptica
Conocido como «el lago sobre el océano», el Sørvágsvatn (o Leitisvatn) protagoniza una de las ilusiones ópticas más famosas del mundo.
Desde los acantilados de Trælanípa, parece que el lago flota cientos de metros por encima del mar, aunque la diferencia real de altura no es tanta. La caminata hasta este punto es sencilla y gratificante. Al final del camino, te espera la cascada Bøsdalafossur, el desagüe natural del lago hacia el Atlántico.
4. Mykines: El reino de los Frailecillos
Para muchos, este es el punto culminante. La isla de Mykines es el lugar predilecto para el avistamiento de aves, especialmente de los simpáticos frailecillos (puffins).
Llegar a Mykines ya es una aventura (dependemos del ferry o helicóptero y del clima), pero caminar entre miles de estas aves coloridas que anidan en los acantilados es una experiencia de National Geographic. Siempre respetamos su hábitat, una norma sagrada que seguimos a rajatabla.
5. Saksun y la laguna de marea
En el norte de la isla de Streymoy se encuentra Saksun, un pueblo de cuento situado en un anfiteatro natural. Es famoso por su iglesia blanca con techo de turba y su laguna.
Lo curioso de Saksun es que el fiordo se bloqueó con arena, creando una laguna de agua de mar accesible solo con marea alta. Cuando la marea baja, puedes caminar por la arena negra hacia el mar abierto. La paz que se respira aquí es absoluta, ideal para desconectar del ruido diario.
6. Kalsoy y el faro de Kallur
Conocida como «la flauta» por su forma alargada y sus túneles, la isla de Kalsoy ofrece una de las caminatas más épicas: la ruta al faro de Kallur.
El sendero es empinado, pero la recompensa es una vista panorámica de 360 grados de los acantilados verticales y las islas vecinas. Como curiosidad cinéfila, aquí se rodaron escenas clave de Sin tiempo para morir (James Bond), e incluso hay una lápida conmemorativa en honor a 007.

Consejos prácticos y con quién viajar (con 3000KM, obvio)
Viajar a este destino requiere preparación mental, sobre todo por el clima cambiante («si no te gusta el tiempo, espera 5 minutos»). Pero la logística es clave.
Las Islas Feroe pueden resultar un destino solitario y caro si vas por tu cuenta. En 3000KM, nos especializamos en reunir a personas que quieren explorar el mundo pero no coinciden en fechas con amigos. De hecho, somos referentes en viajes para solteros mayores de 40 años (y de 30, y de 50…), creando grupos donde el buen rollo y las ganas de descubrir son el denominador común.
¿Por qué elegir una agencia de viajes de aventuras?
Nosotros nos encargamos de toda la ruta, el alojamiento y el transporte interno. Tú solo te encargas de cargar la cámara y disfrutar.
Sabemos que elegir con quién viajar es una decisión importante. Por eso, la transparencia es nuestra bandera. Te invitamos a leer las opiniones sobre 3000KM de otros viajeros que ya han pisado el césped feroés con nosotros. Verás que lo que más valoran no es solo el paisaje, sino la «familia» viajera que se forma en el camino.
Las Feroe te esperan con sus acantilados de vértigo. ¿Te vienes a respirar hondo con nosotros? 😉