El poder de Namaste: Por qué Nepal te encantará
Si el devastador terremoto de abril de 2015 te hizo aplazar el viaje a Nepal, es el momento de replanterlo de nuevo. El país del Himalaya sigue necesitando urgentemente turismo, pues antes del terremoto se registraban 800.000 visitantes anuales y el turismo suponía cerca del 10% del producto interno bruto.
Nuestros viajes en grupo por Nepal nos llenan de historias y anécdotas como dónde comer el mo mo perfecto, ese impresionante amanecer los Himalayas de fondo o de la bondad de los lugareños. Te contamos por porque Nepal nos encanta y porque sabemos que a ti también te va a gustar.
1. La hospitalidad
El saludo tradicional en Nepal es “namaste”, con un ligera subida en la sílaba final y las palmas juntas delante del pecho. Literalmente significa reconocer el alma del otro, y no hay ningún gesto o palabra que mejor resume el espíritu de Nepal. Es un país que acoge con los brazos abiertos a más de medio millón de viajeros cada año.
Donde quiera que vayas, te recibirán con una sonrisa y un “namaste”. Te encontrarás con que los nepalis están deseosos de mostrar sus sitios culturales y paisajes favoritos.
Descubrirás que muchas de las personas de las que está comprando recuerdos y comida se vieron afectadas de una manera u otra por el terremoto. Tú dinero puede incluso ayudarles a reconstruir su casa, restaurante o tienda. En 3000KM viajamos provomiendo un turismo sostenible, responsable y con un impacto positivo, puedes leer más sobre nuestra forma de viajar en el siguiente link.
2. La rica historia de Nepal
Nepal es un colorido revoltijo de templos cubiertos de pagodas, monumentos religiosos ornamentados, arquitectura tallada de madera Newari (Katmandú nativo), calles caóticas y majestuosas montañas. El país recoge diez sitios declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO y está lleno de maravillas culturales y naturales. Algunos monumentos todavía están en reparación, pero sus historias de reinos rivales, deidades míticas y devoción espiritual no han cambiado.
El Valle de Katmandú incluye las antiguas ciudades de Katmandú, Patan y Bhaktapur, cada una con su propia Plaza Durbar de patios, palacios reales y templos de los días Malla (siglos XII a XVIII). Alrededor de este collage cultural se encuentran: Boudhanath, una bóveda blanca gigante que es el stupa más grande de Nepal y el centro del Budismo tibetano; y la meca hindú es Pashupatinath, un extenso complejo de templos a orillas del río Bagmati, donde los devotos cremaban a sus muertos. Y sobre el oeste de Katmandú, una de las stupas budistas más antiguas de Nepal, Swayambhunath (o Templo de los Monos), comparte una colina con santuarios hindúes y, por supuesto, monos.
Las stupas gigantes, ubicadas en todo Katmandú y todo el país, sirven como recordatorios del camino de Buda hacia la iluminación, y verás a los lugareños practicando rituales budistas a todas horas del día.
3. Majestuosas montañas
La frontera norte de Nepal raspa la cima del mundo, con ocho de los 14 picos más altos del mundo.
Y es que si hay una parte de Nepal que con tu viaje permanecerá en la retina es el paisaje digno de las postal de la cordillera de los Himalayas. Seguro te pasarás el circuito de 3 días recorriendo las aldeas sherpa del santuario de los Annapurnas con la boca abierta mientras vislumbras la ristra de ocho miles como fondo del paisaje. Las imágenes de los picos cubiertos de nieve del Himalaya se grabará para siempre en tu mente.
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