Mole, imprescindible Parque Nacional en Ghana
El Parque Nacional de Mole es, de los numerosos parques naturales que encontramos a lo largo del territorio ghanés, el más conocido y visitado: allí podemos encontrar la mayor población de elefantes de Ghana y países limítrofes. Un destino imprescindible para un viaje de aventura en grupo o en solitario. En Mole podemos realizar rutas guiadas, a pie o en coche, durante las que podremos avistar fácilmente bastantes de los animales que habitan la zona, además de encontrarnos en un paraje natural espectacular.
El acceso en transporte público, sólo es posible desde Tamale, habiendo un único autobús diario que sale a las 14h hacia Mole… Si perdemos este autobús, la primera respuesta de todo el mundo es decirnos que tendremos que esperar hasta mañana, al próximo autobús, pero…
…en Ghana siempre existe una inesperada opción…
Nosotrxs llegamos a Tamale con el tiempo justo para coger el autobús de Mole, pero nos encontramos con que estaba lleno y no nos vendían más billetes. La posibilidad de tener que esperar 24 horas en Tamale se nos hacía cuesta arriba… Aunque Tamale es una ciudad interesante, diferente a Kumasi y Accra, con una personalidad fuerte y propia, en esta ocasión contábamos con poco tiempo y el objetivo del viaje era visitar el Parque Nacional de Mole y sus inmediaciones, así que nos dispusimos a buscar esa seguna opción oculta que siempre acaba apareciendo en Ghana.
Estuvimos preguntando y rápidamente aparecieron dos segundas opciones: la siempre presente opción de negociar un taxi (puede salir a cuenta si lo llenamos, pero no era nuestro caso) o una inesperada opción de tomar una tro-tro hasta Damongo (a 18km de la entrada del parque) y hacer noche allí o tomar un taxi (a un precio mucho más razonable) para llegar al Parque.
Por supuesto tomamos la tro-tro, aunque tuvimos que esperar más de 4 horas en una concurrida acera de las afueras de Tamale. El último tramo del camino fue relativamente duro y largo, la tro-tro iba por un camino sin asfaltar, con bastantes baches, con las ventanas abiertas (es imposible tratar de cerrar unas ventanas que carecen de vidrios…) y alguna que otra cabra debajo de nuestros asientos… :)
Llegamos ya de noche a Damongo, cubiertxs por una sutil capa de polvo rojo del camino y, como no habíamos reservado el alojamiento en la única Guesthouse que hay en el parque, decidimos dormir en Damongo y subir a Mole al día siguiente por la mañana. Cuando empezamos a preguntar sobre donde podíamos quedarnos a dormir en Damongo, las respuestas fueron bastante desesperanzadoras… No hay ningún sitio para dormir, nos decían. Una señora que venía en nuestra misma tro-tro, nos invitó a dormir en su casa si no encontrábamos nada… pero, como sabía que ir a dormir a su casa supondría que ella o algún miembro de su familia nos cedería su colchón y maldormiría en algún otro sitio, decidimos seguir buscando algo, porque no olvidemos que en Ghana siempre existe una segunda opción ;)
…un alojamiento poco esperado…
Y así era. Vimos 4 sitios donde disponían de cuartos para alojar a posibles huéspedes, pero todos estaban llenos y no parecía haber más opciones. Aunque, por supuesto, y tras la suficiente insistencia, acabó apareciendo la alternativa. En el primero de los alojamientos donde habíamos preguntado (era un albegue perteneciente a una de las múltiples iglesias que podemos encontrarnos en Ghana, donde nos habían asegurado que tenían el cartel de “completo”) y de repente recordaron que disponían de unos dormitorios con literas con capacidad para más de 20 personas, completamente vacíos. Normalmente sólo los ocupaban cuando había algún encuentro de la comunidad religiosa y supusieron que no debía interesarnos. Pero sí, ¡nos interesaba! Nos propusieron un muy buen precio por usar tres de las camas disponibles y finalmente pasamos una buena noche allí. De Damongo poco más podemos contar, ya que bien temprano por la mañana habíamos quedado con un taxista para subir al Parque Nacional de Mole.
…pequeñas aldeas…
De camino a Mole decidimos parar en Larabanga, una pequeña aldea (la última antes de la entrada del parque) donde se encuentra una de las mezquitas más antiguas y mejor conservadas de Ghana. Existe alguna controversia sobre las fechas de su construcción, parece datar de entre el s. XIII y el s. XVI… No está permitido entrar en la mezquita a los visitantes, por lo que tuvimos que conformarnos con verla desde fuera. Aún así vale la pena ver el sistema de construcción con barro (más común conforme vayamos cruzando fronteras hacia el norte) en la que los andamios que se usaron durante su construcción quedan empotrados de manera permanente en los muros, dándole un aspecto peculiar a la edificación, que acaba formando parte de su identidad estética, y todavía utilizado como andamiaje para realizar el mantenimiento básico requerido después de cada temporada de lluvias.
…Larabanga…
Larabanga se encuentra a 6 km del punto de información del Parque Nacional de Mole, que es donde se ubica la Guesthouse y la zona de camping, por lo que nosotrxs decidimos ir caminando, pero también se puede llegar en taxi, bastante económico, o en bicicleta…
Una vez en el parque nos alojamos en una habitación de la más que decente Guesthouse que hay en la entrada del Parque. Desde allí puedes elegir las varias opciones para visitar el parque, siempre acompañadas de un guarda/guía, bien sea en coche o andando. Nosotrxs sólo teníamos un día en el parque así que elegimos la opción de la ruta a pie. Obviamente recorrimos menor superficie de parque que si hubieramos escogido el recorrido motorizado pero, aún así, pudimos avistar bastante fauna propia de la sabana… en un tranquilo recorrido de unas tres horas, apto para todos los estados físicos, vimos – sin necesidad de prismáticos – antílopes, gacelas, babuínos, jabalíes, diferentes tipos de reptiles e insectos y algún ave interesante como la carraca blanquiazul, pero la joya del parque es, sin duda, el gran elefante africano, al que nos quedamos sin ver durante este “safari a pie”.
Los guardas del Parque no son guías, y por tanto no hay una explicación oficial que acompaña la ruta pero, tirándoles un poco de la lengua, siempre risas de por medio, van compartiendo tímidamente algo de lo mucho que saben sobre Mole, sus valores naturales y las consecuencias, buenas y malas, que ha traído a la población la declaración del sitio como Parque Nacional…
Sobre los elefantes, aunque no pudimos verlos en nuestro recorrido a pie, tuvimos la oportunidad de observarlos durante largo rato desde el mirador ubicado en la guesthouse, con vistas al lago, mientras la manada acudía a darse un baño vespertino… Inolvidable.
Y a la mañana siguiente, para llegar a buena hora a Kumasi, cogimos el autobús de linea hacia Tamale, que salía de Mole de madrugada, dejando con nostalgia el tremendo paisaje bañado por esa luz dorada que a menudo nos regala Ghana.
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