Essaouira, un lugar para descansar
Si tuviera que elegir un lugar donde descansar en Marruecos, sin duda me decantaría por Essaouira. Esta ciudad tiene la esencia de las ciudades marroquíes, y al mismo tiempo muestra la paz y la calidez de una ciudad de mar que mira a la costa atlántica. Un destino imprescindible para un viaje diferente en grupo o en solitario. Essaouira tiene una medina amurallada pero abierta. Las calles anchas con casas no muy altas y muchas de las paredes caladas en blanco producen esa sensación de apertura. Recuerda mucho a las ciudades portuguesas por su fuertes murallas y minaretes que rodean la ciudad y flanquean el mar, ya que fue la antigua ciudad de Magodor, una de las ciudades coloniales del el antiguo imperio Portugués.
Me encanta recorrerla y desayunar en sus restaurantes escondidos en el interior de la Medina, procuro sentarme tranquilamente a ver pasar la gente, disfrutando de ese momento que me dedico a mi y a los demás. Es una ciudad para disfrutar en compañía, pero también en soledad.
Me gusta pasear por los restaurantes del puerto y comer un buen pescado recién sacado del mar. Disfruto de cada atardecer sobre sus murallas, viendo como desaparece el sol en el mar y dejando que el viento del atardecer refresque mi rostro.
Las playas de Essaouira son una de las mecas de los amantes de deportes de aire y agua como el surf, kitesurf, windsurf… pero recordamos que para practicar cualquiera de estos deportes en estas aguas, se recomienda tener un nivel avanzado, por su dificultad.
Festival de música Gnawa
Para los amantes de las músicas del mundo, en Essaouira celebran el Festival Internacional de Música Gnawa en el mes de Junio. Gnawa es música para la mente y el cuerpo, una mezcla de música Africana y del Islam.