Vang Vieng, donde el exterior sí importa
Vang Vieng es un poblado que, hasta hace pocos años era el refugio de los viajeros que buscaban el relax ficticio de drogas y música estridente hasta altas horas de la madrugada o simplemente sentirse en casa viendo series como “Sexo en nueva York”, “Friends”, en cómodas tumbonas. Hoy en dia se ha convertido en un destino imprescindible para los viajes de aventura en grupo o en solitario.
Pero, desde hace algunos años, el gobierno de Laos lucha por un turismo sano, que llegue a todos, que permita que los viajeros puedan disfrutar de la esencia de esta tierra sin perturbar la paz de sus gentes. Ahora los locales no cierran nunca más tarde de medianoche y hay un mayor control sobre las drogas.
El propio pueblo de Vang Vieng no posee un gran atractivo, pero sus alrededores merecen ser explorados. Perderse entre los arrozales y dejarse impresionar por las montañas calizas que nacen como de la nada entre los arrozales, visitar sus miles de cuevas diseminadas en el paisaje, dejándose guiar por el azar… Cada una de estas cuevas tiene su propia belleza, su aliciente, puede ser su forma diferente de acceso,, un lago perdido, el cauce de un río…
Tranquilidad laosiana
El río Nam Song ofrece la posibilidad de un descenso tranquilo durante algunos kilómetros, y también la de disfrutar de un plácido y tranquilo atardecer en las orillas del río, mientras te tomas una buena y refrescante “Beerlao”.
Un aliciente más para ir hasta Vang Vieng, es poder recorrer en autobús la serpenteante carretera que une el pueblo con la ciudad de Luang Prabang. Pese a sus muchas curvas, el viajero disfrutará en cada giro del autobús, al ver un nuevo y sorprendente paisaje.
Vang Vieng es un alto en el camino que merece ser aprovechado, que nos espera para ser explorado, no esperando nada y disfrutando de todo.