Pisac, los tres encantos del Valle Sagrado
Pisac promete deleitarnos con tres visitas encantadoras: Su colorido mercado, el característico ritual católico que allí se celebra y las inovidables ruinas del yacimiento. Te explicamos que ver en tus viajes en grupo o en solitario.Todos los domingos podemos encontrar un animado mercado en la plaza cercana a la Iglesia, que llena de vida y color las calles del pueblo. Hasta él llegan gentes de las comunidades vecinas, para vender su cosecha y su artesanía, siendo un verdadero placer recorrerlo sólo o en grupo.
También la misa que celebran, en quechua, es digna de ser presenciada ya que incoropora ritos y tradiciones propias que la convierten en una ceremonia muy especial. También en domingo, reúne a todos los fieles de las comunidades colindantes, que han bajado para el mercado.
Pese a tratarse de un acto tradicional , Pisac hace algunas concesiones a los turistas durante el rito, lo que hace que algunos se vean con el derecho de actuar con cierta arrogancia a la hora de sacar sus cámaras de fotografía y videos, interrumpiendo continuamente y sin respetar la solemnidad de la tradición ni la intimidad de los allí presentes.
Y el tercer lugar encantado que encontramos en nuestro viaje peruano por Pisac es, obviamente, el conjunto de sus ruinas. Como en la mayoría de las ocasiones de nuestro viaje por Perú, decidimos destacar la ruta que hicimos para llegar al yacimiento, como una de las mejores cosas de éste. Desde el pueblo, realizamos una caminata de aproximadamente hora y media, en continuo ascenso. Conforme íbamos ascendiendo la colina, las montañas nos iban recompensando con unas vistas espectaculares del Valle Sagrado, así como de parte de la cordillera de Vilcabamba con, como siempre, las omniprosentes terrazas Incas de cultivo. Las ruinas de Pisac no tienen desperdicio, siendo una gozada pasear y perderse entre ellas… Nosotros llegamos al palacio imperial del inca Pachacutec con el sol ya muy bajito, y éste nos obsequió con la mejor secuencia de colores que nos pueda ofrecer el Valle Sagrado, hasta esconderse por completo por detrás de la montaña.
Continuando el camino, tras 15 metros por un pequeño túnel, nos sorprendienton nuevas terrazas de cultivo en las que se hayaban dispersas algunas viviendas y varias chulipas (tumbas).
Acceder a Pisac en coche
Pisac es accesible también para aquellos y aquellas a quien se les presente complicada la caminata… Existe un acceso rodado por el valle que se encuentra al otro lado de las ruinas y, desde allí, podemos descender hasta llegar al pueblo, siendo un recorrido mucho más llevadero. Aún así, nosotros no podemos dejar de recomendar el ascenso, ya que las ruinas van apareciendo poco a poco, de una forma casi mágica.