La aventura de viajar en grupo
Viajar en grupo está de moda. Cada vez más gente está descubriendo esta fantástica forma de viajar y quien prueba, repite.
Da igual si se va solo/a, con pareja o con algún/a amigo/a, viajar en grupo sigue siendo una forma estupenda de conocer a otra gente a la que también le gusta viajar y eso hace que los viajes acaben siendo experiencias aún más enriquecedoras.
Bien acompañado mucho mejor que solo
Viajar a un nuevo destino es siempre algo excitante, pero de entrada también puede parecernos un poco intimidante. Por más que se busque información en foros, webs o libros nada te prepara completamente para ese momento en que apareces ya allí, en ese terreno desconocido que está esperando que lo explores.
Viajar en grupo y descubrir un lugar con gente con quien poder compartir y comentar lo que se ve. Hace que el viaje se viva más intensamente. Poder disfrutar de una exótica comida, con sus especias desconocidas a nuestro paladar, perderse por calles, aunque se lleve un mapa, hablar con las gentes locales. Y hasta hacer compras en mercadillos y tiendas repletas de colores y olores nuevos para nuestros sentidos… Todo esto es siempre más divertido hacerlo en grupo para poder compartir con otros comentarios, fotos, bromas y buenos momentos.
¿Cuántos somos?
El tamaño del grupo es muy importante. Es difícil no sentir que uno/una está hecho para otra cosa cuando piensas en esos autocares repletos de turistas a los que llevan de un lado a otro para hacerse la foto y que no llegan a tener el menor contacto directo con el país que están visitando. No se trata de acumular una lista de lugares vistos. Se trata de vivirlos y de vivirlos lo más cerca posible, tan desde dentro como podamos.
En 3000KM nos encanta viajar en grupo, pero en grupos de un máximo de 12 personas porque creemos que ese es el tamaño ideal para que haya variedad de viajeros y viajeras, gente distinta con la que intercambiar historias y aventuras; pero sin que por ello tengamos que renunciar a la flexibilidad del viaje independiente. Porque nuestro día a día suele estar marcado por horarios y rutinas. Cuando viajamos nos gusta dejar hueco a lo imprevisto y agradecemos que nos pasen aventurillas fuera del guion. Nos gusta viajar en transporte público igual que viajan los lugareños, comer donde ellos comen, parar a saborear un té o un café y hablar con ellos para entender mejor cómo viven y aprender de sus costumbres. Porque además nos importa que nuestro dinero llegue a las comunidades locales -a los individuos y no a las grandes corporaciones turísticas-. Para así aportar nuestro granito de arena. Hacemos todo lo que está en nuestra mano por viajar de una forma responsable y respetuosa.
Viajar no es solo llegar a un destino, sino todo lo que nos pasa en el camino. Poder compartir ese camino con otros viajeros y viajeras es la mejor manera de disfrutar cada minuto de nuestro viaje.
Pilar dice:
Esperando que llegue Noviembre para ir a Filipinas, que ganasssss