Miedo al miedo, amig@s. Miedo a no vivir.
¡Feliz Aventura!
¡Hola amig@s kilometreador@s!
A (casi) todos nos flipa viajar, a algunos hasta les obsesiona convirtiéndose en una droga que irreemplazable que les convierte en yonkis de los viajes para siempre. Las almas viajeras, en general, también se lanzan a realizar viajes, a descubrir el mundo con una mochila a la espalda, ilusiones y ganas infinitas. Y gran parte de esas aventuras las viven mujeres. Ellas recorriendo el planeta.
Hoy, brindemos por las mujeres. Por esas mujeres de la historia y con historias que inspiran. Por esas maravillosas pioneras de las trotamundos actuales. Como ella.
Por las que derrochan simpatía, por las que lo intentan. Por las que son las mejores madres del mundo, por aquellas que ya hace un tiempo que han apagado “el reloj biológico”.
Por las que están enamoradas, por las que siguen sin encontrar a su medio limón. Y en especial, brindemos por todas esas mujeres (valientes) que viajan solas demostrando al mundo que una mujer sólo depende de su valor para completar cualquier hazaña. Porque tienen un par de ovarios.
Hubo un tiempo en que las mujeres no podíamos votar, ni administrar nuestros bienes, o viajar solas sin la eterna compañía de un hombre. Las malas lenguas decían de nosotras que éramos débiles y que no estábamos preparadas. Y a aquellas que lo hacían eran criticadas y se las tildaba de locas o excéntricas. Brindemos por ellas y por el esfuerzo de miles de mujeres que han luchado durante siglos para cambiar las cosas y llegar hasta la situación actual.
Brindemos por ellas y por la madre que las parió.