India, Karni Mata y el Templo de las Ratas

Seguía mi camino por el Rajastán en India. Había oído hablar del “Templo de las ratas” y me producía una terrible curiosidad, así que lo puse en mi itinerario. Con las primeras luces marchaba en el autobús hacia Deshnok. En Bikaner apenas nadie hablaba inglés, y en Deshnok ni te cuento, era una pequeña aldea perdida de la mano de Shiva donde poco más había que el templo, ratas y unos pocos lugareños. El Templo se encuentra ubicado en el lugar donde desapareció misteriosamente no sé cómo Karni Mata y su casa. Un destino imprescindible para los viajes alternativos en grupo o en solitario.

“Cuenta la leyenda que Karni Mata nació exactamente el 2 octubre 1.387 y desapareció sin saberse cómo el 23 marzo 1.538, a la edad de ni más ni menos de 151 años. Ella era una sabia mujer hindú adorada por sus coetáneos como la encarnación de la diosa Durga o de la Diosa Madre. Decidió tener una vida célibe y nómada, así que, aunque estaba casada, recasó a su propio marido con su hermana y todos/as tan contentos/as.

Pero la mala suerte o el destino hizo que Laxman, el hijastro de Karni Mata o sobrino según se mire, se ahogarse mientras bebía agua en un estanque en Kapil Sarovar. Se ve que el trago fue muy grande o vete a saber qué.

Karni Mata, deshecha, imploró a Yama, el Dios de la Muerte hindú, para que lo reviviera. Primero claro, Yama se negó, pero finalmente le daría mucho la vara y cedió a sus peticiones, reencarnando a Laxman y a todos sus descendientes varones en ratas o kabbas como se les llama en hindi. Esta gran familia de Laxman y sus descendientes forman ahora una colonia de 20.000 ratas negras que viven en el templo.”

Porque las ratas…

Los hindúes la veneran tanto a ella como a sus ratas, que al fin y al cabo son sus familiares directos. Les traen alimento, dulces, coco, leche… les piden, les imploran. Pura adoración. Detrás de lo que a alguien le puede parecer una… simple rata, para otra persona hay un ancestro, una leyenda, un dios… dos polos opuestos de una misma cosa, de un mismo sentir, quizá nada es blanco y negro, quizá todo es relativo y todo cabe ¿por qué no?

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