Bosumtwi, el lago caído del cielo
A unos 40 km al Sudeste de Kumasi, se encuentra el lago Bosumtwi, formado a partir del cráter creado por un meteorito, hace millones de años, que se fue rellenando con el agua proveniente de las lluvias. Tiene más de 8 km desde una orilla a la de enfrente y representa el único lago de origen natural que podemos encontrar en toda Ghana. Se trata de un lugar sagrado, hoy día muy frecuentado por los y las habitantes de la zona. Te contamos porque esta zona es imprescindible para los viajes de aventura.
Para los pueblos Ashante y Akan, el lago Bosumtwi es un lago sagrado al que, según la creencia, se acercan las almas de los recién fallecidos para despedirse de Asase Yaa, diosa de la tierra y la fertilidad, y encaminarse hacia el dios de los cielos, su esposo Nyame
La tradición dice que, para no perturbar la presencia de estas almas no se debe tocar el agua del lago con objetos de hierro, por lo que las únicas embarcaciones permitidas para la pesca son unos rústicos tablones de madera, tallados artesanalmente, sobre las que los pescadores han de hacer gala de su buen equilibrio para lanzar sus redes.
Existen otras muchas leyendas sobre las aguas de Bosumtwi pero, de todas las que escuché, mi preferida es la que cuenta cómo un joven cazador estaba persiguiendo un antílope herido en las inmediaciones del lago, que entonces era apenas algo más que una pequeña charca, cuando las aguas salvaron al lastimado animal haciéndolo desaparecer ante los sorprendidos ojos de su perseguidor. Éste, atónito, se sentó a esperar a orillas del lago que reapareciera el malherido animal y, durante esa larga espera, acabó iniciándose en el mundo de la pesca, olvidando la caza para siempre.
El lago se considera también, pues, como un lugar protector de los animales que viven en los bosques adyacentes. Es por ésta y otras historias, por la que, hasta hace bien poco, nadie se atrevía a perturbar la espléndida selva que rodea al Bosumtwi.
Hoy en día es muy sencillo llegar en transporte público desde Kumasi. Y, según el día, lo encontraremos prácticamente desierto, con la única presencia de los pacientes pescadores o lleno de bañistas. Los fines de semana, principalmente, se produce un contraste interesante entre elegantes católicos que acuden a alguna de las iglesias que hay en las inmediaciones del lago y divertidos “domingueros” que vienen a tomar un baño en las plácidas aguas.
Existen varios alojamientos de distintos niveles a las orillas del lago, así como un recorrido interesante para hacer en bicicleta dando la vuelta al lago, atravesando interesantes zonas selváticas y pasando por las más de 30 aldeas que se ubican en los 50 km rodean el lago.