Wat Phu, donde los laosianos escuchan crecer el arroz
Wat Phu. No hay mejor manera para definir las sensaciones que transmite este templo que el proverbio indochino que dice: “Los vietnamitas plantan el arroz, los camboyanos lo cuidan y los laosianos lo escuchan crecer“. Un destino imprescindible para un tus viajes de aventura en grupo o en solitario.
Si estás viajando por Laos y buscas un lugar donde parar, relajarte y conectar con la naturaleza en toda su esencia, te recomendamos fervientemente visitar el templo de Wat Phu, alejado de los circuitos turísticos habituales. Se trata de un templo perteneciente a los inicios de la época Jemer que, junto con otros complejos de la zona como los de My Son en Vietnam y Preah Vihear en Tailandia, forma parte de la conocida arquitectura jemer, en la que también encontramos otros monumentos como los de Siem Reap en Camboya.
Puedes dejar la mochila en algún alojamiento en Champasak, donde alquilar una bicicleta y acercarte rodando al templo, recorriendo durante algo más de una hora y media de un increible paisaje que no hace sospechar la existencia de este templo hasta que llegas a la base de la ladera que lo proyecta hacia el cielo.
Recorrido ciclista
En este recorrido ciclista, atravesaremos dos grandes charcas artificiales, rodeadas de campos de hierba de un impresionante y casi infinito verde, que resalta el pasillo de columnas que nos conduce hacia el templo, una vez alcanzados los límites de este complejo espiritual, y nos va haciendo tomar consciencia de la maravilla que vamos a visitar.
Es un conjunto arquitectónico que merece la pena visitar con calma, preferentemente en solitario y sin guías, disfrutando del silencio que nos ofrece el lugar, y la paz que nos da al no ser un gran destino turístico y alejado de los principales lugares de Laos. Desde lo más alto de la zona podemos apreciar la inmensidad de la llanura que se abre ante nosotros y que es recorrida por el serpenteante Mekong.
Para terminar el día de la mejor manera, después de otro rato pedaleando es, ya en Champasak, tomarse una BeerLao bien fresquita, en algún lugar a orillas del Mekong, mientras disfrutas de un inolvidable atardecer.